Son variados y podrían resumirse en que este reduce el dolor físico y emocional al desbloquear la energía ki bloqueada. Algunos de estos beneficios son:

• Estimula las fuerzas de regeneración internas y propias. Ayuda al sistema inmune.
• Mejora las funciones metabólicas.
• Reduce el estrés, la depresión y la falta de vitalidad.
• Genera bienestar y mejora la autoestima.
• Produce equilibrio y aumenta la claridad mental y la concentración.
• Mejora los casos de insomnio e incita el sueño.
• Equilibra la energía en el embarazo y el postparto.

Es auxiliar en el tratamiento de migrañas, dolores menstruales, estreñimiento, bulimia y anorexia, entre otros.

Reiki es actualmente una de las técnicas complementarias más usadas en el contexto hospitalario en todo el mundo. Como consecuencia, hay numerosos estudios científicos que demuestran su eficacia.

Lo interesante de ensayos clínicos con parámetro objetivos es que usan marcadores fisiológicos (cortisol, ritmo cardíaco, etc) para medir los cambios en el ser humano cuando recibe Reiki, eliminando la subjetividad de sensaciones o impresiones del receptor.

El centro Nacional para las Medicinas complementarias y Alternativas del Instituto Nacional de la Salud en Estados Unidos ha admitido el reiki como medicina complementaria, utilizándose ya en más de 800 hospitales. Según este organismo, el reiki funciona independientemente de las creencias de la persona y de la opinión o punto de vista que tenga quien lo recibe y tiene la ventaja de que no necesita equipos ni instrumentos, carece de contraindicaciones, ayuda a reducir los efectos secundarios adversos de los fármacos y no interfiere con los tratamientos médicos.

Un estudio sobre Reiki realizado en el Hospital Ramón y Cajal de Madrid:

“Hemos conocido el grado de aceptación de la terapia Reiki por los pacientes oncológicos, siendo un 82% los que aceptaron Reiki durante su ingreso. Las sensaciones más experimentadas por los pacientes tratados con Reiki fueron: calor, relajación muscular, sueño, disminución de ansiedad y mejora del estado de ánimo; observando a la vez cómo influía la terapia en síntomas derivados del ingreso (dolor, ansiedad y/o tensión muscular y alteraciones del patrón de sueño). Quedaron satisfechos el 46,7% y muy satisfechos el 44,4%.